Saturday, December 16, 2017

Campamento Libertino. ( extracto de la novela Vacaciones en Amsterdam)

 LIBERTINO-LIBERTINA
adjetivo/nombre masculino y femenino

             1.
[persona] Que habla o actúa con libertad excesiva y abusiva.
2               2.
[persona] Que se entrega sin freno a los placeres sexuales.
3             3.
adjetivo
Que es propio de la persona libertina.

Librepensador.


Sentado a la orilla del río sobre una piedra caliente la miro. Cecilia, casi desnuda camina lentamente hacia el centro , como un falso Dios que intenta convencer a su único devoto que va a dividir las aguas. A medida que su cuerpo se hunde, da gritos, se ríe a carcajadas, salta,  el paisaje de fondo es perfecto, y este mundo fue creado para ella. Se lo regalo, le digo que lo observe, que es nuestro, ella recorre con la mirada el paisaje y se queda callada tratando de entender que esta sintiendo. Me pide que le acerque un cigarrillo, es una provocación. Me quedo desnudo y avanzo , ella sonrie, doy dos pasos mas y tengo la verga tiesa, como una antena que se alimenta de los rayos del sol, es un animal que respira y regurgita mi sangre en cada paso que doy hasta sus pezones erguidos y su piel de gallina.
Esta fría, no dice nada, se abraza, me quiere provocar pero no la abrazo sobre sus brazos cruzados, me agarro la pija, escupo en mi mano y le refriego el glande sobre la malla, sobre el clitoris, me raspa y me da electricidad.Sus brazos se abren y me abrazan, su lengua se mete en mi boca y es todo dulce como la miel. Empalagados nos miramos, ella abre las fosas nasales y se le apaga la mirada, es un idioma corporal que me pide que no me detenga. En cambio, yo soy una máquina de mirar, un hombre en un mundo que le pertenece, cada roca, cada gota de este río , y las hojas que se mueven con la brisa, esa nube, todo, menos ella.
Ella es un milagro, un hecho casual que me salva, me enriquece, le da sentido a todo, algo efímero, algo que desaparece en cada instante que intento atraparla.
Una pompa de jabón y un cactus.
Esto no puede ser real.

Casi un año después de esa tarde, me encuentro tirado en el piso de un departamento en la zona céntrica de la ciudad, estoy a punto de entrar un sueño consciente. Fátima me dio el teléfono de un amigo de ella que se dedica a guiar a las personas en un trance hasta llegar al estado alfa, un estado de relajación psicofisica inducido a través de la hipnosis. Cuando llegue habia dos mujeres que no pasaban los cuarenta años, de aspecto hippie, pantalones anchos de hilo, tops de colores, dreadlocks, piercings. Se presentaron con un beso, y se acostaron a cada uno de mis lados en unas colchonetas plateadas que estaban desperdigadas sobre el parquet.
El tipo que nos abrió no tenia pinta de guru, mas bien parecia uno de esos nerds que atienden en un local de reparacion de telefonos celulares, llevaba un jean azul y una camisa blanca abierta que dejaba ver su pecho peludo. Nos ofrecio te, y nos dio a cada uno de nosotros una almohada, la mia tenia una funda azul. Nos presentamos formalmente, ellas eran pareja, algo de eso intuia, tenian un proyecto juntas, un emprendiento de venta de macetas de barro, yo me presente y solamente dije que estaba entre vuelos, haciendo escala, entre algo que esta por nacer y algo que esta por morir.
Nuestro guia bajo la intensidad de la luz y nos pidio que nos pongamos comodos, los tres estabamos descalzos y a pesar de estar en un primer piso en una zona centrica de la ciudad,habia un silencio sordo, mudo.
El cuerpo empezo a pesar con el relato, las visceras, las articulaciones se fueron aflojando, y ahi estaba ella, Cecilia. Mi cuerpo bajaba rio abajo arrastrado por la corriente, como si fuese un tronco, un vestido vacio, un barco de papel.
Desde la orilla ella me sigue como un perro a su duenio, con esa mezcla de excitacion y euforia, la miro mientras el agua me lleva, ella trepa las rocas corre, me espera, me tira besos, esta esperando que finalmente la corriente se detenga.
Cuando llego a un claro de agua me pongo de pie, camino hasta la orilla cansado y aturdido y una escalera parecida a la de los primeros subterranos me invita a descender. De Cecilia no hay noticias, no esta. 
Apoyo mi mano en la baranda de madera, la escalera es de marmol ,cada escalon  tiene un numero grabado en bronce, son seis escalones que comienzo a bajar lentamente, como si no hubiese camino de regreso a la superficie. Al llegar al numero seis, miro hacia arriba, el espacio por el que entre ahora esta tapado por una de esas pesadas  tapas de las alcantarillas.
A traves de las rendijas que dan al exterior veo  pasar a Cecilia, sus piernas, su short de jean, pasa y dibuja una sombra que me deja en la oscuridad por unos segundos y se va, la sombra regresa, pero esta vez es un lobo, husmea sintiendo mi presencia y tambien se va, dejando que los rayos del sol entren. No tengo miedo, giro sobre mis pies y hay un altar frente a mi, sobre el se exhibe una piedra roja como una esmeralda del tamanio de un limon, muta, de golpe es un utero de color rojo intenso como los labios pintados de una mujer, y luego es un bebe de plastico del mismo color.  Sigo soniando despierto y cierro los ojos ,vuelvo a abrirlos, estoy acostado ahora sobre un pentagono de marmol blanco como la nieve, sobre mi cabeza, pintado con una brocha gorda con esmalte negro aun fresco y en numeros romanos : XVIII.
No entiendo porque el numero diez y ocho esta ahi coronandome, inmendiatamente recuerdo que falta una semana para navidad, que el año dos mil diez y siete esta por terminar. Soy como un cristo resucitado sobre la piedra , el arte de tapa de un disco, me veo en jeans negros apretados, una remera negra y lentes negros, estoy descalzo. Mis oidos zumban, escucho un coro de personas que cantan,debe venir desde una iglesia vecina, pero no estoy seguro si es real o producto de mi imaginacion. Estoy contemplando mi actividad mental como si fuese un tercero, a mitad de camino entre el sueño y la vigilia.
LLoro, las lagrimas corren por los costados de mi cara, van dejando una aureola de sal sobre la funda azul de la almohada, trato de respirar lentamente para no despertar al resto. Floto en una balsa, es el oceano, las olas me elevan  y me dejan ver una porcion de tierra no tan lejos desde donde estoy, no hay civilizacion.
Una sirena nada alrededor mio, es Cecilia, el eje de todos mis pensamientos , se apoya con su torso de humano en la balsa, escupe algo de agua salada, sus ojeras grises como tormentas, sus pestañas, se peina hacia atrás, sonrie, desaparece de nuevo entre las olas, bella.
La angustia se va adueñando de todo mi ser, soy una planta que se enamora de un muro, soy un psiconauta viendo su propio futuro, un náufrago tratando de llegar a tierra firme, mis lágrimas se mezclan con el agua del mar y lo alimentan.
XVIII, esta ahi, brillando, fresco sobre la piedra. 
Cecilia es pura ausencia.

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