Envolví el saco gestal en papel higiénico, ella salió del baño corriendo, dejando el coágulo gris parecido al capullo de una mariposa en el fondo del videt, parecía el escupitajo de un Dios canceroso.
Se fue al living a fumar
y me quede en silencio
sentado sobre la tapa del inodoro
con el aborto en el bolsillo de mi camisa leñadora
solo
como un perro en la luna .
Un momento sin ansiedad
donde el miedo y el deseo
son dos edificios en llamas
a lo lejos,
libre de todo lenguaje ,
vivo.
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