Dios prefiere al hombre que elige hacer el mal, antes que al hombre que es obligado a hacer el bien. ( Anthony Burguess, La naranja mecanica)
Miraba con precaución
procurando no ser visto,
en calma
y quietud,
reposando sus ojos en los de ella.
El peligro lo mantenía alerta,
y llevaba una sonrisa
algo misericordiosa,
como un vicio en la costumbre.
El no sabia como llamar
a eso que su corazon sentía,
era miedo
era amor
era deseo
o aprobación
( no lo sabía)
Pero una voz dentro de él
le pedia
borrar la línea
que divide
al placer
de la ira.
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