Veintidos mil pesos desperdigados por todo el living, afuera
llueve. Cecilia esta furiosa, empapada, aun no se quito la
mochila de la espalda cuando le entrego veintidos fajos de mil pesos agarrados
con una banda elastica. Mira el dinero , mira el cenicero y encuentra una tuca
manchada de rouge.
- Ahora
te pintas los labios?
- Es
que a vos te gustan los hombres afeminados. No?
Tres dias antes
me habia visitado una vecina de mi infancia que andaba por la zona, una
bailarina de tango profesional que esa noche daba una exhibicion en una milonga
de la Avenida Scalabrini Ortiz. Yo habia reparado en esa colilla manchada, pero
no me importo, no tenia nada que ocultar.
Me cubro la cara, y los fajos explotan contra mi
antebrazo dejando un reguero de
billetes violetas, Cecilia arroja la mochila contra el suelo. Esta tan mojada y
tan enojada que puedo sentir el calor de su cuerpo desde el otro lado de la mesa
que nos divide.
- Claro
, ahora todas las putas vienen! Todas las putas vienen a fumarse las flores del
senior!! Y yo soy la boluda que deje a la otra para estar con vos , vengo a decirtelo y esta negra de
mierda que usa rouge rosa te viene a visitar y a fumarte las flores de mis
semillas!!
- Clara
es una amiga de la infancia.
- Abrime,
me voy.
- Primero
llevate la plata, ayudame a juntarla.
- Metetela
en el orto la plata!
-Vos
sos una caradura, andas a los tijeretazos con esa lesbiana de mierda y me haces
una historia por una marca de rouge en un porro que encontras en un cenicero
lleno de colillas. Ni siquiera sabes quien es.
- Una
grasa seguramente, mira el color que usa..
-Vos
no tenes verguenza.
Cecilia se recuesta en el sillon
y llora, me arrodillo frente a ella y la tomo de los hombros, trato de
calmarla. Le explico que es una amiga que estaba de paso, y que si fuese una
amante es problema mio, que ella es la menos indicada para armar este tipo de
escena.
- Yo quiero estar con vos Pablo,
no me imagino la vida sin vos.
- Yo tampoco, pero me estas
volviendo loco, no soy un juguete.
- Te juro que no estoy mas con
ella. El sabado la deje.
Me pide una
toalla y se quita la remera mojada, tiene la piel de gallina los pezones
erguidos, se desnuda. El maquillaje corrido, el cigarrillo eterno entre los
dedos. Se sienta en mi regazo y la beso. Es absurdo, pero la beso igual, la
toco, la masturbo con un dedo, con dos dedos, la acaricio, la respiro, la muerdo,
la vuelvo a tocar. Soy un adicto.
Nos revolcamos por el piso, los billetes se nos pegan en la
piel.
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