Volve con un puñado de mariposas
y esa sonrisa que tenias al despertar,
cuando besaba tus hombros desnudos
mientras amanecía en Alaska.
Volve generosa como el mar,
a la tierra del fuego
al país de los besos,
dónde los ciegos sonríen al verte llegar.
Que voy a estar esperándote
en la avenida de los fracasos
con todos los sueños rotos,
y una copa vacía para brindar .
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