- Todos somos capaces de matar, en determinado contexto, dijo mientras buscaba un cuchillo para defenderse en el cajón de los cubiertos. Escuchamos muchas puertas de automóviles cerrarse en la calle, y despues se hizo el silencio. Nos escondimos dentro del tanque de agua en la terraza, y la noche era perfecta.
Flotabamos muertos de frío, como si ese flotar fuese lo último bello que nos iba a suceder. En mi mente sonaban orquestas, que musicalizaban mis pensamientos, los lugares más comunes que nunca antes recordé :
. Una galletita con forma de pescado.
. Una camisa de mi madre y un bicho bolita atascado en una bombilla.
. Una eyaculación sobre la tierra, en una casa abandonada.
De golpe ella interrumpió mis pensamientos y me pregunto en un susurro:
- ¿ Qué queres que diga tu tumba ?
- Estaba vivo cuando el tiempo se detuvo, respondi susurrando.
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