Escapo
a todo tipo de festejo, incluso el del dia de mi cumpleaños. No soporto la
navidad, los dias patrios, el dia de la madre, el del niño o el de la
primavera. No voy a reuniones familiares, y a las de los pocos amigos que
conservo de la adolescencia, ahora convertidos en algo parecido a los amigos de
mis padres , escapo de los bautismos de sus hijos, evito los casamientos,
compromisos y cualquier otro evento que amontone a muchos desconocidos comiendo
sandwiches de carne fria y brindando por la misma causa. Me harte. Siempre hay una buena excusa para no
ir, una enfermedad terminal, un viaje, una gripe, un compromiso de antemano.
Detesto el mundial de futbol, esa necesidad de ser tan argentinos, tan
patriotas, saltando como imbeciles con una corneta de plastico celeste y
blanca, es tan absurda la realidad que durante los mundiales de futbol lo
cotidiano queda de lado, eso que nos dicen es la realidad se convierte
automaticamente en otra cosa . Y no es el deporte, es otra cosa.
Nunca
lei a Borges, me cae mal el tipo, pero en algo estoy de acuerdo, y es con que no nos
une el amor, sino el espanto.
Es
el dia del padre y estamos subiendo el ascensor que me lleva al departamento
donde Cecilia vive , arriba, en un
quinto piso nos espera el padre y su pareja. La familia de Cecilia esta
dispersa por todo el mundo, una hermana campeona de surf que vive en Australia
, y un hermano que vive en Belgica, dueño de uno de los cinco bancos de
semillas de cannabis mas grandes de Europa : Cannamatic seeds, y a eso le
dedicare un capitulo mas tarde .
Ella
vivia aun con su padre, al que yo no conocia y al que tenia terror de conocer.
Por una simple razon, yo tambien vivia con mis padres, me dedicaba a destilar
una bebida prohibida, tenia quince años mas que su hija , un divorcio y ningun
diploma o titulo de nobleza. El tipo era un ingeniero agronomo retirado que vivia de la renta de una veintena
de locales y algunos departamentos que tenia desperdigados por la Capital
Federal y la Costa Atlantica.
Su
madre se fue a vivir al sur del pais, y es un tema del que nunca hablamos.
No
puedo relajarme , es asi, soy asi.
Ella
esta tan nerviosa como yo, transpiran mis manos y se resbala la botella de vino
que logro sostener con el unico brazo sano que me queda. Cecilia la ataja en el
aire, apreta el boton de stop y luego el de planta baja, vamos a tomar un poco
de aire y fumarnos una tuca. Yo no creo que sea una buena idea , en momentos
asi pueden llegar a darme ataques de panico. Si no estoy tranquilo y fumo
marihuana, al contrario del efecto de relajacion deseado me pongo tenso, y
empiezo a sentir taquicardia y asfixia psicologia. Siento que mis pulmones se
llenan de aire, pero que el oxigeno no me sacia, me aumenta el ritmo cardiaco y
comienzo con una cadena asociativa de ideas en mi mente donde cada cosa que
hice en el dia hasta ese momento me indica que estoy por morirme. Por ejemplo:
si ese dia visite a mi abuela, cosa que no hago tan seguido como deberia, y me
agarra uno de los ataques , me convenzo a mi mismo que fui a visitar a mi
abuela para despedirme de ella, que mi muerte esta llegando, que no puedo
respirar, que mi abuela va a ver morir a su nieto, que fue la ultima que me vio
con vida, que Pablito mira que bueno que es que visita a su abuela y el mismo
dia despues de verla se muere.
Y ese dia a mi abuela que nunca visito,
le di un abrazo largo ,la mire mas de tres segundos a los ojos y le dije
cuidate. Y claro, ese atipico abrazo es el ultimo y todo indica que me estoy
muriendo.
Como
ejemplo, creo que se entendio que es lo me pasa.
De
todas maneras le doy dos pitadas cortas , porque Cecilia cuando dice tuca se
refiere al medio porro que siempre lleva en un lapiz labial falso que le trajo
su hermano de Amsterdam. Ella tiene la mania de fumarlos por la mitad, y
dejarlos esparcidos por toda la casa, en las macetas, en los ceniceros, el
borde de la mesa de luz, la esquina de una heladera, al costado del lavarropas,
arriba de la mochila del inodoro. Antes de salir siempre agarra una mitad y la
mete dentro del falso lapiz labial. Nunca se acaban las mitades.
Amsterdam,
ahora es verano alla pienso mientras la miro soplar la colilla para que
encienda mejor la tuca, con esa
boca hermosa que tiene , y esos ojos endemoniados.
-Te duele papi?
- Algo.
- Estas nervioso.
- Algo , pero eventualmente tenia que suceder.
- Mi papa me dijo que te queria conocer, aparte mientras el me vea feliz
, el es feliz.
Hacia un mes
que nos habiamos conocido, pernoctando en hoteles dos o tres veces a la
semana, nos habiamos vuelto inseparables. Sabia que el tipo era bastante celoso
de ella, como se aburria en su retiro,
se automedicaba mientras se pasaba el dia haciendo zapping tirado en la
cama junto a su mini caniche toy Carmela.
Su pareja lo visitaba solo los fines de semana.
Cuando finalmente logramos subir, luego de dar una
vuelta manzana para evitar mi ataque de panico, tocamos timbre. Cecilia no
queria usar las llaves, para no sorprenderlo. Nos abre la puerta un tipo de mi
edad, muy palido, con el pelo bien negro y atado con una cola de caballo bien
tirante. Lleva unos jeans y una musculosa negra que deja ver su blanca palidez,
un vampiro pienso .
No se excita demasiado al vernos, se abrazan , me
presenta, nos ofrece algo de beber, el tipo es brasilero, apenas habla castellano.
Se pierde en el pasillo, le doy un trago largo al agua .entra un poco por los
pulmones, esto me hace toser. El hijo de la pareja del padre es raro pienso,
mientras Cecilia me da palmadas en la espalda para calmar la tos.
-
Bueno, bueno..hay que dejar el cigarrillo que hace mal!
El que dice eso es el padre , un gordo de bigotes ,
con el pelo tenido de rubio anaranjado, trae al mini caniche toy en los brazos,
el brasilero desde atras sonrie.
Estoy confundido.
Le explico que se me metio agua en los pulmones, me
da una palmada el tambien y se presenta. Nos damos un beso, me da miedo que el
caniche toy me muerda, estoy muy fumado. La situacion y la tos agitaron el thc
en mi organismo y ahora estoy adentro de una pelicula. El padre de Cecilia es
gay, el brasilero es su pareja, el perro es la mascota de viejo puto por
excelencia, voy tipeando esto en mi mente mientras le doy un abrazo con la mitad sana de mi cuerpo.
Carlos y Carlos, asi se llaman los dos, el brasilero
lo abraza enroscandole los brazos alrededor de su enorme panza y se besan, las mejillas rojas de vino del padre
parecen que fuesen a explotar al lado de tanto blanco. Le desea feliz dia en
portugues, lo vuelve a besar y le dice algo al oido.
La miro a Cecilia que nunca habia entrado en detalles
de la pareja del padre, y entiendo todo. Nunca habia mencionado a un hermanastro, pero como entramos al departamento casi flotando, fue lo primero que pense. Ahora comprendo su manera de ser, su
odio, sus demonios, sus cambios repentinos de humor, entiendo
porque la madre nunca viene del sur y porque sus hermanos emigraron.
Brindamos.