Mantra de la suicida.

La sonrisa como un objeto
olvidado en un cajon,
ajena a mi nombre.
Soy la palida suicida
de lenguaje extrañado
este goce pasivo de mi cadaver
al descomponerse con las primeras horas
me recuerda tus caricias,
tus besos.
Es un consuelo.

Poeta negro.

Como puede la poetisa querer tal cosa?

Un poeta negro como Artaud.

Como puede implorarle a Dios, que El vea las virtudes que ella tiene para alcanzarlo?

Sentados en un viejo sofa nos miramos, como dos suicidas que se tiran desde un rascacielos al mismo tiempo y en el vacio se reconocen sin antes haberse cruzado.

En la caida libre del abismo beso su garganta

y acaricio las yemas de mis dedos con el vello que crece
coronando sus labios agrietados .

Es una selva esta mujer llena de flores,

su piel tiene la angustia del desierto y en sus minusculos senos la historia del universo.

Sus ojos separan las aguas, hay fiestas, infiernos, rituales paganos.

Como puede querer un poeta negro?

No un vendedor de autos, un banquero, un financista, doctor o abogado

ni siquiera un artista para perfumarse con su ego hasta el desconsuelo.

Un poeta negro.

Podra mi lamento convencerla que quizas soy el indicado?

Sera esta negrura suficiente para su corazon cansado?

Mi antes, mi despues

todos mis pecados,

lo que busca esta mujer en un ruego, en un canto :

un poeta negro.

Quisiera saberlo,

antes que la luz del dia nos encuentre solos,
ciegos,

encandilados por el deseo.

Cosas inútiles

Escribir un poema

sepultar a un hijo

renunciar al amor

entregar el cuerpo

y todas sus profundidades.

Con la lengua 

con toda la piel

con el olor corporal

y todas sus secreciones.

Llorar por uno .