Monday, January 30, 2012
Nosotros los humanos.
Se van los sadomasoquistas de a grupos y en silencio, preguntandose unos con otros como pasaron la noche. El sol se refleja en los parabrisas de los autos y los pajaros vuelven a volar sin miedo. Se van los fetichistas, con el bolso al hombro cargado de ropas de cuero , latex y vinilo. Vuelven a los hogares en sus trajes de humanos, con la piel todavia drogada y las pijas, los culos, las conchas y las mandibulas aun ardiendo.
Un anciano se acomoda los anteojos mientras se saca el vestido de mujer apoyado contra una puerta, me mira y con dos dedos se dibuja una sonrisa en la cara , como pidiendome que sonria. Yo trato de dibujar una sonrisa, me cuesta.
Los empleados de limpieza comienzan con la dura tarea de secar los pisos de fluidos y barrer los restos de miseria que se apilan en los rincones.
Una mujer gorda con los ojos abiertos de par en par como las ventanas de una casa frente al mar me pasa un latigo, yo la miro, me indica con un gesto que castigue a su novio, un tipo que nacio para esto y no para otra cosa, un hombre que no puede consigo mismo.Le doy un latigazo fuerte en las nalgas, el tipo esta desnudo y sucio, tiene marcas de suelas de zapatos en la espalda, algo de sangre y huele a baño publico. Le pego otro latigazo en nombre de la raza humana, la gorda me arrebata el latigo, y abraza al pobre diablo que ahora llora en sus brazos como un bebe.
Termina la fiesta, y todos se van.
Respiro la mañana fresca , el olor a pan, pienso en la tumba de mi madre, las letritas negras una junto a la otra talladas a la perfeccion sobre el marmol y paro un taxi.
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